Ramón Salaverría (Burgos, 1970) es una referencia cuando se habla de ciberperiodismo, y no sólo por sus libros. Con una dilatada trayectoria como consultor de publicaciones especializadas y profesor, dirige el Departamento de Proyectos Periodísticos en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. De 2010 a 2012 presidió la Journalism Studies Section de la Asociación Europea de Investigación y Educación sobre Comunicación (ECREA), organismo en el que ha desempeñado otros cargos. Representando a ECREA, desde 2011 es miembro del World Journalism Education Council.
¿Por qué eligió ser periodista?
A los diez años experimenté gran satisfacción al contar a mis compañeros una excursión. En la universidad descubrí la importancia social de la profesión.
¿Qué cualidades debe de tener un buen periodista?
Gran curiosidad, espíritu de sacrificio, capacidad de autocrítica y voluntad de superación constante, porque esta profesión recuerda al mito de Sísifo: todos los días hay que volver a levantar la piedra.
¿Qué cualidades técnicas requieren?
Aun siendo investigador y profesor en el área de nuevas tecnologías, creo firmemente que la cualificación fundamental de un periodista es de índole intelectual, no son las destrezas instrumentales. Tiene que ver con su conocimiento de las personas y del mundo.
¿Las empresas informativas conseguirán adaptarse o los modelos de negocio en el futuro serán radicalmente distintos?
La organización de los medios está experimentando un cambio muy profundo, que da lugar sin embargo, a nuevas manifestaciones periodísticas. El foco principal no es tratar de preservar los tipos de medios, sino las cualidades clásicas del periodismo, que se proyectarán en nuevos formatos y plataformas.
La oferta multisoporte requiere mucha inversión y tiene poco retorno.
Es muy complicado encontrar el equilibrio. Pocos medios alcanzan umbrales de rentabilidad en este escenario. Antes el mercado era mucho más reducido, ahora, aunque la competencia es mucho mayor, llevar adelante ideas innovadoras es más fácil que cuando las tecnologías digitales no existían.
Se dan paradojas como el caso de Newsweek.
Tomaron la medida estratégica de abandonar el mercado impreso y después de unos meses parece que desean recuperar la cabecera en papel. Una marca con tanto peso y reconocimiento internacional, bien conducida, tiene su lugar. A los soportes impresos les queda una larga vida por delante.
¿La lucha por ser primeros implica el riesgo de ser menos rigurosos?
Los medios parecen más pendientes del reloj que del diccionario o la confirmación de la noticia. Sin embargo, cuando uno analiza cuáles son los medios de referencia concluye que son los que respetan los procesos de calidad de manera más sólida. El periodismo que busca solamente el éxito repentino es fugaz.
¿Qué opina del llamado periodismo ciudadano?
Se infló en la década anterior y en los últimos años ha ido perdiendo predicamento. Ahora hablamos de medios sociales, complementarios al periodismo profesional.
Los medios deben tratar la materia prima informativa que viene de las redes sociales, de enorme relevancia en muchas ocasiones, con estándares que garanticen su credibilidad y tratamiento profesional. En los entornos interactivos los periodistas ya no disfrutan del monopolio de la palabra y están bajo el escrutinio del público.
Los consumidores tiran mucho de formatos breves.
En internet no interesa lo corto, sino lo que tiene calidad informativa. Leemos largos textos en internet si nos interesan y en cambio nos paramos a la segunda o tercera línea de un texto poco interesante. El long form journalism, el periodismo de largo aliento con grandes reportajes, está recuperando en internet el espacio que había perdido en prensa.
Hay una batalla sobre agregadores, buscadores de noticias…
En periodismo la clave no está en sumar lo que ya hay sino en incorporar novedad. Los agregadores filtran, categorizan y proporcionan información constante, pero la información tiene mucho más valor cuando responde a unos criterios de originalidad. ¿Qué medios están alcanzando el éxito en la red? Los que se diferencian de los demás. Y es muy difícil diferenciarse agregando contenidos realizados por terceros.
¿Los grandes grupos de comunicación están reñidos con la independencia?
Venían de una situación de oligopolio donde pocos actores se repartían el mercado y han querido mantener este espacio con estrategias conservadoras. Cuando pudieron proyectar su liderazgo apostando por la innovación, optaron por guardar la ropa. Sin embargo, en los últimos años una multiplicación de competidores de menor escala les va retirando audiencia. Ya no les queda más que zambullirse y competir.
Pesa mucho el caso de El País…
El problema fundamental no tiene que ver con el modelo de negocio sino con el modelo de producto, que es anterior. La reflexión inicial, la innovación, tendría que ser de carácter editorial, y a partir de ahí buscar la modalidad de financiación más adecuada.
¿Los medios especializados en fact checking son el futuro?
Los proyectos de fact checking demuestran cierta derrota profesional: certificar las informaciones que ofrecen, debería formar parte del código profesional de cualquiera que aspire a unos estándares de calidad.
¿Qué le parece el caso del New York Times?
Es un medio de referencia, también en el contexto digital. Se está reinventando desde hace años. Vieron que buena parte del futuro de la información iba a estar en las redes digitales y apostaron por trasladar el crédito asociado a su marca, a cualquier otra plataforma donde fueran a estar presentes.
En 2002, su editor, Arthur Sulzberger Jr., dijo: “Si el público desea información transmitida directamente en sus mentes, crearemos una edición para el córtex cerebral”. Es decir, lo importante no tiene que ver con el soporte sino con la calidad del contenido, que los medios deben ofrecer por tierra, mar y aire.
¿Los nuevos modelos de negocio pasan por el pago de contenidos?
No necesariamente. Tenemos medios audiovisuales que sobreviven con la publicidad. En internet, sin embargo, existe una multiplicación de fuentes de financiación cada vez mayor. No funciona que el 100% de los ingresos venga de publicidad o de la venta de contenidos. Vamos a pasar a modalidades de negocio mixtas, según se ajuste mejor a la oferta informativa.
Los modelos de pago tienen cabida si el contenido aporta especificidad y valor añadido. Cada vez más medios de nicho ofrecen informaciones especializadas por las que el público está dispuesto a pagar.
El problema de la publicidad es que la medición de audiencias todavía no es muy real.
Los sistemas de categorización de audiencias e identificación de patrones de uso, siguen teniendo lagunas que frenan a los anunciantes, pero los medios están aprendiendo a tener una relación cada vez más estrecha con su público, estableciendo modos de participación y generando comunidad. Se abren nuevas oportunidades para obtener rendimiento en las publicaciones digitales.
¿Cómo afecta el cambio tecnológico en la formación de los nuevos periodistas?
Antes se formaba para medios (prensa, radio, televisión). Ahora se precisa una formación mucho más integral y polivalente, para poder expresarse en lenguaje escrito o audiovisual, y la especialización es temática.