Si hablamos de Periodismo en España, Iñaki Gabilondo es uno de los grandes.
“En mi familia nadie había ido nunca a la Universidad, de manera que yo era el que abría la marcha en un asunto que era un paso grande, importante”. Ese fue el estímulo para trasladarse de San Sebastián a Pamplona, donde se matriculó en Periodismo en la Universidad de Navarra, que en aquel momento era poco más que un proyecto.
Estamos hablando de 1960. “Tendríamos que situarnos en el tiempo. España no era como es ahora, era muy diferente, yo la definiría como una especie de cuartel, una país avinagrado y triste”, pero Gabilondo tenía claro que aquello era una situación temporal y que, cuando la información circulara con libertad, quería trabajar en la radio.
Habla de la Universidad de Navarra como de algo propio. “Los que allí estudiábamos teníamos una cierta sensación de ser pioneros que nos unió muchísimo. Por otra parte, yo he estado en la Universidad, pero luego han estado mis hermanos, mis hijos… he tenido mucho contacto con la Clínica Universitaria en momentos claves de mi vida y, al final, esa casa ha formado un poco parte de nuestra familia. La Universidad es del Opus Dei y yo no tengo el pensamiento en esa misma órbita… pero hay una conexión vital y eso es casi más importante”.
En sus inicios profesionales trabajó en la cadena Cope, después, durante décadas en la SER, donde ha batido todos los récords de audiencia. A partir de 1981, Gabilondo empezó a compaginar la radio con el mundo de la televisión. Ha sido director de informativos de TVE y ha trabajado en CNN, Telecinco o Cuatro.
Para Gabilondo, la fuerte crisis que atraviesan ahora mismo los medios de comunicación, no implica que el futuro del periodismo sea incierto: “Cuando yo terminé periodismo también hubo momentos en los que lo vimos todo muy negro y teníamos más motivos… El tiempo siempre hace que unas puertas se abran y otras se cierren. En mis cuarenta y cinco años de profesión he visto cómo cambian los cacharritos pero la esencia del periodista es la misma. No tenemos un gen añadido, ni un cromosoma… solo somos administradores de un bien colectivo el derecho de la gente a la información. Lo tiene que hacer alguien y lo hacemos nosotros”.
A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios, entre otros seis premios Ondas, el Premio de Periodismo de la Federación de Asociaciones de la Prensa (1999), dos premios Micrófono de Oro en (2004 y 2011) y la Medalla de Oro Mahatma Gandhi de la Unesco (1998).
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