Mientras se dispara la demanda de información a raíz de la pandemia provocada por el COVID19, sindicatos y asociaciones profesionales piden al Gobierno ayudas extraordinarias ante una situación que podría ser letal
La crisis sanitaria por el coronavirus no solo ha puesto a prueba la capacidad de resistencia de los líderes políticos, del sistema sanitario y del tejido empresarial, sino que supone una prueba de fuego para el futuro de la prensa. Especialmente castigada por la última crisis económica, la prensa se prepara ahora para otro largo invierno, con la práctica totalidad de los grupos de comunicación de España sumergidos en recortes. Las principales voces del sector han pedido al Gobierno ayudas extraordinarias, como las que se han concedido a las cadenas privadas de televisión.
Las televisiones han obtenido estas ayudas tras ser consideradas por el Gobierno “servicios esenciales”. La televisión está jugando un papel fundamental para informar y entretener a la población en medio de la crisis. En el mes de marzo, de hecho, el consumo televisivo se disparó hasta rozar las cinco horas diarias por habitante, según el informe mensual que elabora la consultora Barlovento Comunicación.
La demanda se ha disparado también en el sector de la prensa. Sin embargo la publicidad parece haberse evaporado, arrastrada por la parálisis empresarial, justo en el momento en el que muchos medios trataban de dar el salto a otros modelos de financiación, en plena transformación del paradigma de negocio, tratando de sortear la distancia entre el todo gratis y el cobro de los contenidos.
“Cuando los medios habían empezado a ensayar el nuevo modelo, llega el coronavirus y rompe todos los planes de negocio”, considera el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Nemesio Rodríguez, en declaraciones a Conversaciones Con.
Aunque aún no se dispone de un listado exacto con el número de empresas que han presentado Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), en el sector de la comunicación el uso de esta figura ha sido masivo. Según los datos de los que dispone la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), grupos como Prisa, Prensa Ibérica (que incluye al antiguo Grupo Zeta, comprado en 2019), Vocento (exceptuando sus redacciones), Unidad Editorial, Mediapro o Grupo Joly han acudido a los ERTE, algo que han hecho también medios independientes como El Confidencial y decenas y decenas de empresas de ámbito local y regional.
Incluso la ONCE, en la que trabajan más de ocho mil personas, ha planteado un ERTE en varias de sus empresas (aunque no afecta a la agencia de noticias Servimedia), entre ellas Ilunion Retail y Comunicación, la encargada de las publicaciones impresas y digitales y de la comunicación de imagen corporativa, según la información facilitada desde la FeSP.
Los medios que no han presentado un ERTE han puesto en marcha de inmediato otras medidas de ahorro, como reducciones salariales. Aunque se espera que estas medidas se ciñan a la duración de la crisis por el coronavirus, el miedo a que se prolonguen o se conviertan en definitivas está en el aire. Desde la FAPE manifiestan abiertamente su temor a que esos recortes se consoliden.
“El futuro de los medios de comunicación ya era incierto antes de la crisis y ahora lo es todavía más. Es imposible predecir lo que puede ocurrir, pero es de esperar que, con el esfuerzo de todos, se pueda superar esta crisis”, manifiesta por su parte a Conversaciones Con el secretario general de la FeSP, Agustín Yanel.
Precisamente por eso, la FeSP ha pedido al Gobierno un plan de ayudas urgente para el sector, y ha hecho un llamamiento al Ejecutivo, a los empresarios, y a otras organizaciones sindicales y profesionales de periodistas “para buscar entre todos soluciones a la situación actual”.
La semana pasada, eran los propios trabajadores de casi veinte medios de grupos como Vocento, Unidad Editorial y Prisa, los que se unían a esta petición de ayudas “para poder seguir informando a la ciudadanía en condiciones de calidad”. Lo hacían a través de un comunicado conjunto firmado por sus respectivos comités de empresa.
Aminorar el impacto de los ERTE
Desde los sindicatos se pide, además, “que nadie intente aprovechar la ocasión como excusa para prescindir temporalmente de más personas de las precisas o reducir las jornadas o los salarios más de lo que realmente es razonable según la situación de cada empresa”. Y es que, ante la avalancha de ERTE presentados, es previsible que muchos sean revisados a posteriori por la autoridad laboral. Aunque se esperan sanciones si los empresarios incumplen los requisitos establecidos, cabe la posibilidad de fraudes.
“Pedimos a las autoridades laborales que revisen con minuciosidad todos los ERTE, para evitar que se produzcan abusos, y a las empresas que sean razonables en sus propuestas”, expone Yanel. En la crisis económica de 2008 -recuerda Yanel-, los trabajadores del sector de la comunicación fueron los más castigados, después de los de la construcción, algo que “no puede repetirse”. “Estamos en un momento en que la información es precisamente más necesaria que nunca, como lo demuestra el aumento de las audiencias de radios, televisiones y digitales, y para eso es necesario que en las redacciones haya periodistas que faciliten esa información a la ciudadanía”, incide.
Según Yanel, “ninguna empresa debería intentar aprovechar la ocasión para llevar a cabo un ERTE excesivamente prolongado, y es de esperar que nadie lo intente, porque los sindicatos lo denunciaremos y la autoridad laboral y judicial, en su caso, no lo permitirán”. Desde la FAPE aseguran que actuarán con la misma beligerancia si detectan abusos. Lo esperable es que los ERTE se ajusten a lo previsto, que sean reducciones temporales que acaben por devolver al trabajador a la normalidad pasado el periodo de excepción.
Ayudas para freelance y autónomos
Junto a las medidas de ajuste puestas en marcha en las empresas, hay otras que afectan de lleno a uno de los colectivos más numerosos del sector de la prensa: los freelance y autónomos. Por ello desde la FAPE se ha solicitado al Ministerio de Trabajo que se articulen ayudes específicas para periodistas y fotorreporteros autónomos.
El Ministerio ha respondido a las asociaciones exponiendo los contenidos de varios reales decretos sobre medidas para proteger a este colectivo, que ha visto recortada considerablemente su actividad.
Además, desde sindicatos y asociaciones se han ofrecido consejos para ayudar a ejercer estos días el periodismo en condiciones seguras, en un entorno muchas veces de riesgo y de inseguridad en torno a la propia integridad y a la labor informativa.
Esa labor informativa es, pese a todo, imprescindible para la correcta gestión de esta crisis, y los ciudadanos la demandan. Por ello, el presidente de la FAPE augura que “aquellos medios que apuesten por el periodismo de calidad, entendido como el que difunde información veraz, verificada, contrastada con fuentes fiables y sujeta a las normas deontológicas, serán los que mejor saldrán de esta crisis”.
Marta Sánchez Esparza | @martasesparza