1. ¿Es el Cuarto Poder el menos transparente?
Arsenio Escolar fue el encargado de abrir la XVI edición del Congreso de Periodismo Digital de Huesca y lo hizo metiendo el dedo en el ojo, como el cartel que lo presentaba. El pasado mes de diciembre entraba en vigor la Ley de Transparencia (Ley 19/2013, de 9 de diciembre), que pretende proteger el derecho a la información de todos los ciudadanos velando la transparencia, el acceso a la información pública y el buen gobierno de las instituciones. Toda una golosina para la prensa que quiere levantar alfombras y mantener a raya a los poderosos.
Escolar utilizó la técnica del selfie, es decir, giró 180º grados el objetivo de la cámara para mirar hacia los grandes grupos de medios y preguntarse si son los primeros en vivir esa transparencia que cada día exigen a los demás desde sus portadas.
La mayoría de ellos dependen de grandes grupos públicos y privados y el paradigma de ello se vivió el pasado 28 de enero, cuando la mayoría de los diarios generalistas aparecieron “envueltos” en una mega campaña publicitaria de un Banco. Escolar sabe que estamos en tiempos difíciles en los que muchos medios se ven obligados a depender de financiación de este tipo y no entró a juzgarlo. Sin embargo, sí que criticó duramente que los medios no hagan públicas las cantidades y benefactores de esas ayudas, para que sea el propio lector el que valore la fiabilidad de la información sabiendo quién sustenta a cada medio.
La transparencia de la que habló el director de 20 Minutos no se refería solo a los grupos en general, habló también de la responsabilidad personal del periodista a la hora de aceptar regalos, viajes y, en general, informaciones que no consienten preguntas o reivindicaciones.
Si los medios reciben dinero público, muy bien, pero que lo digan. Si entre sus accionistas hay algunos mayoritarios o grupos poderosos, que sea de dominio público con datos cuantitativos. Si un periodista escribe un artículo patrocinado no es ninguna vergüenza, pero que sea lo primero que diga al empezarlo.
En fin, que el 4º poder tiene mucho que avanzar antes de exigir a otros la tan ansiada TRANSPARENCIA.
2. ¿Han cambiado los medios digitales la agenda setting?
Las portadas de la prensa tradicional son un claro ejemplo de la desinformación que reina en la opinión pública. En Huesca tuvimos la oportunidad de ver de cerca el ejemplo de algunos nuevos medios latinoamericanos de cronistas que están arriesgando mucho para narrar la violencia y el narcotráfico de esos países, más allá de las presiones e informaciones oficiales. Pero Latinoamérica no es un ejemplo aislado.
Hasta ahora, la libertad de prensa no iba más allá de la de los propietarios de cada periódico, sin embargo, internet está cambiando ese axioma. Cada vez son más los medios digitales que surgen con pocos recursos porque, como apuntaba Ignacio Escolar: “Lo que antes costaba la fiesta de presentación de un diario es lo que ahora cuesta un diario digital”
Esa independencia permitiría, en teoría, cierta libertad a la hora de separarse de los contenidos que marcan los medios tradicionales, sin embargo, hay cientos de websites que también publican contenidos de calidad lo que hace que la gran dificultad pase a ser que tus contenidos consigan llegar al lector en medio de un maremágnum de información.
De momento, los medios digitales apuestan por la combinación entre los contenidos clásicos –casi exclusivamente políticos y económicos- y otras historias menos conocidas o menos investigadas. Habrá que seguir el tema de cerca para ver si finalmente consiguen que los grandes medios hablen de los temas que de verdad interesan a la gente de la calle.
3. ¿Quién será el nuevo director del Guardian?
The Guardian es uno de los mejores periódicos del mundo y, muy probablemente, el nº1 a nivel europeo. En la carrera para conseguir este puesto ha tenido un papel fundamental su director, Alan Rusbridger, que después de 20 años dejará el cargo el próximo mes de junio para asumir la Presidencia del grupo.
El proceso de elección de una nueva cabeza para el gigante británico es uno de los temas periodísticos más interesantes de los próximos meses.
La decisión final depende del grupo pero es tradición que los aspirantes al cargo se sometan voluntariamente a una votación por parte del Sindicato Nacional de Periodistas (NUJ, en inglés) y a otra por parte de los empleados del propio periódico, para conocer todas las opiniones.
De momento, lo más significativo del proceso es que de los cuatro posibles, tres son mujeres, algo que en siglo XXI no debería ser noticia pero que lo es, ya que desde el despido de Jill Abramson el año pasado todas las direcciones de grandes cabeceras están ocupadas por hombres.
Según los votos –no vinculantes- The Guardian tendrá al frente, dentro de pocos meses, a uno de estos cuatro periodistas, por este orden:
- Katharine Viner: Editora- Jefe de la versión americana de la cabecera británica.
- Emily Bell: directora del Tow Center for Digital Journalism (Universidad de Columbia) y directora no ejecutiva de la Scott Trust, dueña de the Guardian.
- Janine Gibson: editora-jefe de Theguardian.com
- Wolfgang Blau, director de estrategia digital de Guardian News and Media