Las efemérides, aniversarios, recordatorios, semblanzas, etc., suelen estar teñidas de gravedad y nostalgia y tener un tacto acartonado y aroma a naftalina. Nos dejan la sensación en el alma de que aquel tiempo que rememoramos fue mejor que el presente.

En casos como este acto, la nostalgia puede alcanzar cotas de melancolía por la nada halagüeña situación del periodismo: crisis, EREs, cierres de medios de comunicación históricos, cambios de modelo, democratización del periodismo y pérdida de  identidad de la profesión…. No pocas veces se expresa con titular apocalíptico: “El periodismo ha muerto”.

La frontera que separa el romanticismo del pesimismo, y a éste del cinismo es borrosa. Nada más peligroso para una realidad tan rabiosamente viva como el periodismo que anclarse en el ayer. Lo único cierto es -como atribuyen a los cómicos Les Luthiers- que “cualquier tiempo pasado fue… anterior”.

La presentación de la edición crítica de Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer,  este gigantesco plató virtual compuesto por una treintena de primeros espadas de la comunicación, no es un acto sobre un libro pasado de un autor fallecido. Es Actualidad en estado puro. Actualidad del libro, de las propuestas de su autor y de las observaciones y reflexiones de los intervinientes. Y actualidad palpitante y luminosa.

Si hubiera que hacer un estudio del promedio de palabras y expresiones más usadas en las entrevistas que aquí se recogen, acerca de la identidad del periodista, la coyuntura actual del periodismo, Internet, el periodismo ciudadano, etc., obtendríamos los siguientes términos: pasión, vocación, búsqueda de la verdad, compromiso, libertad, optimismo, responsabilidad, contrapoder, honradez y valentía, supervivencia, función social, misión de servicio.

Quienes los usan no son unos recién llegados o unos ilusos como podría pensarse. Son Iñaki Gabilondo, Pedro J. Ramírez, Carmen Rigalt, y tantos más. Muchos de ellos estudiaron hace años en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, impulsada directamente por San Josemaría Escrivá -quien antes había sido profesor en la primera escuela de Periodismo de España, en los años 40, cuando las nociones de libertad y verdad no estaban demasiado bien vistas-,  y hablan de la herencia que recibieron y de la huella que dejaron, y siguen dejando en sus vidas y en sus trayectorias profesionales, aquellas enseñanzas.

La cualidad de la luz es aclarar el lugar en el que nos hallamos, pero también iluminar con su foco la oscuridad a la que dirigimos nuestros pasos. Este acto es también apertura esperanzada y optimista al futuro. Para muestra unos cuantos botones: Pedro J. Ramírez está convencido de que vamos hacia una “edad de oro del Periodismo”: “Los elementos de la comunicación serán la redacción y los lectores. Y en medio la transmisión electrónica de los contenidos. Todo el dinero se irá en buscar a los mejores periodistas y pagarles bien”.

Para Esteban López Escobar, “lo que está en crisis es la era de los grandes negocios. Pero lo que no puede morir o no puede entrar en crisis es la era del servicio”. Y Gustavo Entrala remata: “Yo soy súper optimista creo que estamos en un momento precioso y en un momento para lanzarse a hacer muchas cosas”.

Así pues, ¡larga vida al Periodismo!

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