¿Pueden las palabras ser más fuertes que las armas? ¿Sirven esas palabras para resucitar a los muertos? La película ‘Un día más con vida’ responde estas preguntas a través de la mirada del reportero polaco Ryszard Kapuscinski, cronista y protagonista involuntario del conflicto bélico que rodeó la independencia de Angola en 1975. Su director, el navarro Raúl de la Fuente , participó esta semana en un coloquio organizado por la productora Kanaki Films y presentado por la editora de Conversaciones Con, Ana Sánchez de la Nieta, en los cines Golem de Madrid. En el acto participaron también la Asociación de la Prensa de Madrid y Reporteros sin Fronteras. Allí Raúl de la Fuente desgranó las razones para no perderse este biopic sobre el reportero polaco que llegará a los cines el próximo 26 de octubre. Sobre todo si eres periodista:

1. La película es fruto del empeño de Raúl de la Fuente por rendir tributo al que considera su “héroe”. Un sueño que ha tardado diez años en ver la luz. Sólo en reunir el dinero para hacerla De la Fuente empleó cuatro años. Y tuvo que recurrir a los misioneros salesianos para viajar a Luanda y seguir las pisadas de Kapuscinski.

2. La cinta se ha acogido con entusiasmo en los festivales de Cannes, San Sebastián y El Gouna (Egipto). En estos dos últimos ha logrado el Premio del Público.

3. El director ha trabajado con el estudio polaco Platige Image para construir 60 minutos de animación en los que ha intentado plasmar el romanticismo del comic. Gracias a la animación es posible, según De la Fuente, “penetrar en la imaginación, los sueños y los miedos de Kapuscinski”, en su conmoción interior ante las masacres de civiles, e incluso plasmar de forma gráfica cómo el reportero visualizó en su mente toda una ciudad de madera creciendo en el puerto de Luanda, formada por las cajas de los portugueses que abandonaban la ciudad en desbandada.

4. Junto a la animación, las fotografías tomadas por el propio Kapuscinski y las entrevistas a personajes reales que le acompañaron en sus andanzas por Angola aportan a la cinta el realismo del cine documental. El equipo de De la Fuente logró localizar a algunos de esos personajes, que todavía viven en el país africano. En opinión del director navarro, para estas personas “esta película es importante porque cuenta la historia de su país y pone Angola en el mapa mundial”.

5. La película refleja el dilema del reportero que tiene que escoger entre revelar una primicia y perjudicar al bando más débil, o callarse y beneficiarlo. Una sola palabra de Kapuscinski en un télex podría haber sido tan poderosa como todo el armamento usado en esa guerra. Según De la Fuente “Kapuscinski quiere vivir la Historia en su nacimiento; quiere pasar a la Historia. En Angola tomó partido, aunque no estuviera a favor del Movimiento de Liberación Nacional de Angola sino de la independencia de África, de la que quería ser el gran reportero para narrar el amanecer de un continente. Era una persona empática y se colocó del lado de los desfavorecidos”.

6. El personaje se adentra en las zonas más peligrosas del conflicto y arriesga la vida para buscar el contexto y comprender a sus protagonistas. De este modo descubre personajes increíbles como el general Farrusco –un militar portugués que había cambiado de bando- o Carlota, la mejor soldado del Movimiento Popular de Liberación de Angola, quien, con sólo 19 años, capitaneaba un grupo de hombres en una de las carreteras que el reportero atravesó en su camino hacia el frente Sur.

7. La película resucita a algunos de estos personajes olvidados de la guerra, que pelearon por ser recordados y ofrecer oportunidades a su país. Es el caso de Carlota, que según el director representa “a todos los civiles que mueren en las guerras y al sueño naciente de los años 70”. Precisamente el deseo de que no se olvidase a estos personajes llevó a Kapuscinski a escribir la novela ‘Un día más de vida’, de la que ha tomado pie el director para su película.

8. Angola sigue, cuarenta años después, sumida en la confusión de la que habla la película y convertida en un avispero, y la igualdad de derechos que soñaron Kapuscinski, Carlota y los demás protagonistas de esta historia no ha llegado al país. La información que se recibe en Occidente sobre África es además escasa e intencionada según De la Fuente. Películas como ésta ofrecen un relato documentado y actual sobre los problemas que aquejan al continente, que aún no se ha curado de las heridas que le dejó el colonialismo.

 

 

Marta Sánchez Esparza | @martasesparza

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