¿Cómo te enteras de los atentados?

Primero por Twitter, luego por el whatsap de una compañera y después siguiendo los medios franceses.

Lo de irte a París ¿lo decides o te lo deciden?

El sábado por la mañana escribo un mensaje a César González, director de informativos, suplicándole: “mándame, domino el francés, conozco gente, tengo contactos allí”. A los tres cuartos de hora me contesta y me dice que coja el primer avión.

¿Por qué esa insistencia? ¿es necesario ir?  

Yo creo que, si se puede, hay que ir. No ir por ir. Ir con cabeza. Poner un plató bonito en París no aporta nada pero sí ir y vivir. Bajar a la calle, escuchar y eso es lo que acabas transmitiendo. Y en el caso de la televisión lo veo clave: enseñarlo, acercarlo. Es la fuerza de la imagen.

Ha habido críticas por la cobertura en televisión de las primeras horas…  

Entiendo las críticas pero también hay que entender que la televisión está muy poco preparada para el directo. Nosotros tenemos un 80% de programación en directo y eso permite abrir ventanas, da una facilidad y una capacidad de reacción que no tienen otras cadenas. Precisamente el viernes por la noche es uno de los pocos tramos que va enlatado y supongo que al jefe de informativos siempre le pesará un poco que no se haya parado la programación pero a esas horas tampoco había excesivo margen y a partir del día siguiente sí pudimos hacer una cobertura muy completa.

La Sexta se ha caracterizado por una atención especial a los programas de información ¿hay demanda?

Pienso que ahora mismo existe una demanda constante de información . Ha sido un año informativamente de vértigo. Desde los atentados de Charlie Hebdo no hemos parado y la gente quiere saber.

¿Qué te traes de Francia?

Muchas cosas pero, en el terreno profesional, me ha sorprendido los códigos que manejan los periodistas franceses. En la morgue, cuando llegaban las familias, los periodistas bajaban las cámaras y, si les grababan, solo grababan la espalda. La policía incluso llegó a decirnos que bajáramos las cámaras. Al mismo tiempo, hay un gran respeto por los medios; cuando nos acercábamos a la plaza de la república nos hacían sitio para que grabáramos. La propia Anne Hidalgo se acercó para contestar a nuestras preguntas, aunque nos habían advertido que no era el mejor momento para entrevistarla.

 

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