Más de un año antes de que saliera a la luz la historia del productor de Hollywood Harvey Weinstein -juzgado estos días por el escándalo de abusos sexuales que diera origen al movimiento #MeToo-, un grupo de mujeres decidieron plantarse y decir basta al acoso sufrido en su entorno de trabajo. Ese entorno era nada menos que la redacción de uno de los imperios mediáticos más poderosos y controvertidos de todos los tiempos: Fox News, uno de los buques insignia de la televisión americana, la cadena de noticias más conservadora de Estados Unidos, profundamente unida al partido republicano.
En el verano de 2016, el hombre que había puesto en pie la cadena, Roger Ailes, fue denunciado por Gretchen Carlson, quien fuera copresentadora del influyente programa matutino “Fox & Friends”. Carlson había sido despedida, y el poder de Ailes dentro y fuera del imperio mediático de Ruper Murdoch hacía presagiar que su denuncia sería arrollada por una ola de apoyos al intocable CEO de Fox News. Pero la realidad es que el paso al frente de Carlson sirvió para que otras mujeres siguieran su ejemplo, incluida la corresponsal estrella de Fox News, Megyn Kelly.
Las denuncias acabaron con Ailes en apenas dos semanas. Ruper Murdoch le dio la espalda y lo echaron de la cadena. Y lo ocurrido fue el prólogo de lo que pasaría un año y medio después en el caso del poderoso magnate del entretenimiento Harvey Weinstein, de cuya voluntad dependía el ascenso o caída de numerosas actrices. El fenómeno #MeToo se hizo global, y los códigos que imponían el silencio ante los abusos de poder saltaban por los aires en todas las industrias.
El Escándalo (Bombshell), la película dirigida por Jay Roach que se estrenará en los cines este viernes, narra la dolorosa experiencia de las presentadoras de Fox News a través de los casos reales de Gretchen Carlson (Nicole Kidman) y Megyn Kelly (Charlize Theron), y del personaje ficticio de Kayla Pospisi (Margot Robbie), una joven ambiciosa y prometedora que acaba cayendo en las redes del fundador de la cadena, empujada por su propio afán de ascender en la empresa. El filme está nominado a 3 Oscars, en la categoría de mejor actriz protagonista (Charlize Theron), mejor actriz de reparto (Margot Robbie) y mejor maquillaje y vestuario.
.@AnaSanchezNieta, editora de @conversacionesc, presenta la primera proyección de #ElEscandalo en España, gracias a @eOneSpain #CelebratingJournalism pic.twitter.com/vyYBcfL4or
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Unas 300 personas pudieron ver la película el pasado martes, en un preestreno organizado por la distribuidora eOne Films, que fue presentado por la editora de Conversaciones, Ana Sánchez de la Nieta. En su intervención, hizo alusión a la inédita decisión de este grupo de mujeres, que cambiaron la historia al rebelarse frente al dominio de unos directivos que se aprovechaban de su posición y su capacidad de veto para satisfacer sus más bajos instintos. Lo ocurrido revelaba los perfiles más siniestros de la trastienda de las grandes corporaciones mediáticas y cinematográficas.
Me ha gustado mucho #ElEscandalo #cine #periodismo y #denuncia, con el protagonismo de mujeres fuertes y vulnerables, como todas. pic.twitter.com/IJmavmrM3H
— Virginia P. Alonso (@Virginiapalonso) February 4, 2020
La historia de Roger Ailes se narra ya en la miniserie La Voz más alta, que la plataforma Movistar+ estrenaba el pasado verano, protagonizada por Russell Crowe. En el caso de El Escándalo, ha sido el ganador del Óscar Charles Randolph el encargado de hacer el guión, además de producir el filme junto con el director Jay Roach y la actriz protagonista, la también ganadora del Óscar Charlize Theron.
Listos para ver #elescandalo Gracias a todo el equipo de @conversacionesc pic.twitter.com/inNwapPeLz
— Charo Marcos (@chmardel) February 4, 2020
Para elaborar el guión, Randolph se lanzó a una exhaustiva labor de documentación, decidido a conocer los motivos que habían llevado a estas mujeres a acabar con el acoso que sufrían. Para ello dialogó con un importante número de estas mujeres. Fueron las experiencias individuales y sumamente personales de las entrevistadas las que sirvieron para darle forma al guión.
También el director dedicó muchas horas a entrevistarse personalmente con mujeres que habían sido víctimas de este tipo de abusos, hasta llegar a la convicción de que ésta era una historia que había que contar, y no solo pensando en las mujeres, sino sobre todo pensando en los hombres, con el objetivo de sumarlos a este nuevo cambio cultural. Y es que, como se dice en una de las críticas publicadas sobre la película por The New York Times, “no se puede ganar la guerra trabajando para el enemigo”.