Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra, donde ahora imparte clases sobre Publicaciones Digitales. En Antena 3 y Muy interesante se especializó en webs y productos para tablets. En el 2012 creó su propia empresa, Tablet Army, enfocada a los productos digitales para el mundo mobile.

 

¿Por qué decidiste estudiar periodismo?

Lo tuve muy claro desde pequeña, fue vocacional. Mi abuelo y mi tío eran periodistas. Devoraba periódicos, literatura… Si no me hubieran cogido en la Universidad de Navarra creo que habría sido uno de los mayores disgustos de mi vida.

¿Por dónde pasa el futuro de esta profesión?

Veo una pauta fundamental: la tecnología. El abaratamiento de los costes de generación y distribución de información nos ayuda mucho a los periodistas. Nosotros sabemos generar contenidos; ahora, además, disponemos de  la tecnología para distribuirlos de forma prácticamente gratuita. Un periodista que no  sepa de tecnología, de nuevos canales de distribución, hoy en día lo tiene muy complicado.

¿Cómo debe enfrentarse un estudiante o un profesional en paro al futuro?

Terminar la carrera y echar el currículum se acabó. Un estudiante que durante la carrera no tenga un Twitter muy activo, un blog actualizado, que no haga uso de las redes sociales o los sistemas para distribuir información, tiene una carencia. Al terminar la carrera debería aparecer su nombre si lo googlean.

Por otro lado, es muy difícil entrar en los medios tradicionales: hay mayores posibilidades inventándote tu propio trabajo. Es un momento fantástico para los generadores de contenidos. Se pueden generar nuevos medios y fórmulas de comunicación gracias a la tecnología que permite distribuirlos de forma muy barata o gratuita. Hace menos de dos años, por ejemplo, nació Storify. No se trata de generar una nueva cabecera online, en tableta o mobile, sino de  nuevas fórmulas de emprender en periodismo.

 

 

¿Qué características debe tener un buen periodista en 2014?

Saber tecnología. Debe conocer todos los software del mercado, los que le ayudan a generar y distribuir esos contenidos de forma gratuita, sin desarrollo al margen, para llegar a los usuarios. Me estoy refiriendo a hardware, software, uso de redes sociales. Además, tiene que saber cómo se monetiza la información. A nuestra generación nos enseñaron puramente lo que era  la generación de contenidos, ahora debe saber distribuirlos y aprender a monetizarlos en cada canal de distribución.

¿Cuáles son las nuevas fórmulas de monetización?

Hay dos partes. En primer lugar, conocer las que hay ahora y no existían hace cuatro o cinco años. Es muy importante leer continuamente para estar al tanto de las tecnologías que aparecen cada día. Si soy periodista y quiero sacar una nueva revista, digamos, debo saber que tengo unos canales de Google y Apple que me dejan distribuir gratuitamente esta revista por todo el mundo, pero debo saber también que se quedan con un 30%.  Mi responsabilidad como periodista  es saber cómo se monetiza en ese nuevo canal, si los anuncios en tableta son diferentes de los de papel, cómo es ese anuncio interactivo…

En segundo lugar, investigar sobre nuevas formas de monetización. Nosotros hemos traído a España, Hacks&Hackers (periodistas&desarrolladores), una meetup que empezó en Stanford, ahora está en unas 50 ciudades del mundo. Investigamos sobre nuevos proyectos periodísticos y nuevas fórmulas de monetización. Lo empezó Burt Herman, el fundador de Storify. Mensualmente llevamos proyectos de innovación tecnológica aplicada al periodismo, enseñando a la gente que en un modelo socioeconómico como el nuestro hay quien ha logrado un modelo de monetización ligado con el periodismo, con la generación de contenidos. Son pequeños pasitos para ver que sí, que hay gente que lo está haciendo.

¿Esos nuevos modelos generan más libertad e independencia que los grandes grupos?

Es un momento fantástico para los periodistas y muy malo para las grandes empresas de comunicación tradicionales, aunque lo malo es que en ellas hay muchos periodistas. El periodista de ahora debe buscarse la vida, pero si te preparas tienes muchísimas opciones. No significa que sean fáciles, funcionamos prueba-error, prueba-error.

Las grandes empresas informativas son las que tienen el problema. Son estructuras muy férreas, muy asentadas, con gran dificultad para moverse. Las estructuras mucho más pequeñas son más elásticas y corren más. Por eso ahora mismo hay tantísimo medio de comunicación pequeñito y tanta startup periodística que han corrido mucho y que en innovación periodística están saltando a los medios de  comunicación tradicionales.

¿Cómo se está trabajando la parte mobile de los medios?

Hay ejemplos muy buenos de medios de comunicación en tableta y dispositivos móviles, y la mayor  parte no vienen de medios tradicionales. Algunos han surgido solamente para smartphone (Circa) o tableta (Don). Son innovadores, apuestan por estos canales y sobre todo están rentabilizando mucho más la tecnología que  los medios tradicionales. Una tableta, por ejemplo, tiene once puntos de contacto simultáneos, permite once acciones distintas en la pantalla. Cuando veo revistas que sólo ponen un PDF cuando podrían hacer cinco acciones a la vez me da pena. Solamente rentabilizamos un uno o dos por ciento de las opciones que da este dispositivo móvil.

¿Podrá salir adelante el pago por contenidos?

Es muy complicado. El ejemplo de las tabletas es bastante claro. Cuando empezaron a salir las primeras revistas en tableta, eran de pago; ahora el 95% de las aplicaciones en AppStore y Google Play son gratuitas, sólo se paga por in-app purchase, por cada uno de los números que tengo dentro, y aun con todo cuesta mucho que la gente pague por esos contenidos. Sobre todo porque no estás en un quiosco, donde todo es de pago, sino dentro de un market store donde casi todo es gratuito. Por lo tanto, poner mi contenido de pago en un entorno donde casi todo es gratuito es muy duro.

A esto se suma otro punto: si pongo un PDF no rentabilizo la tecnología de ese dispositivo y el público no está dispuesto a pagar un precio alto. La gente se enfada, en los comentarios en AppStore o Google Play todo el mundo protesta. Si rentabilizas esta tecnología, si haces una revista totalmente interactiva, si está hecha totalmente para ese dispositivo, igual puedes cobrar un poco más al usuario. El usuario no es tonto.

Es interesante también que los medios sepan lo que viene. La vida hoy es mobile y los medios de comunicación nuevos o tradicionales deben estar presentes ni que sea con una web responsive. El siguiente paso es la tecnología weareable. Los medios deberían estar precalentando, ver cómo estar presentes en esos dispositivos, no llegar cuando la gente ya los esté utilizando. Deberían estar a la vanguardia.

Son arenas movedizas. Si vas demasiado rápido puedes hundir la empresa.

Sí. Estamos todavía en un momento de prueba-error. Pero va tan rápido que no te da tiempo a  sentarte. Pero la prueba-error puede ir muy lejos (Newsweek) o dar pequeños pasos (rediseño de la web del New York Times para hacerla responsive).

Es mucho más fácil en medios pequeños porque son muy elásticos. Cuando eres muy grande es mucho más difícil mover el engranaje, pero entonces te pasan por los lados. Las grandes corporaciones deberían asentarse un poco en startups externas que estén viendo la innovación; son como grandes tanques y necesitas alguien que te haga el movimiento de oruga para moverte un poquito. Deberían apoyarse en empresas de fuera, innovadoras, para avanzar. Así  funcionan Google, Apple, las tecnológicas.

Ahora las tecnológicas se han enfocado a generar contenido y están pasando también por la banda a las grandes empresas de comunicación. En el último CES Yahoo ha sacado una aplicación (News Digest) que es una nueva fórmula de generar comunicación con varios informativos-resumen al día. Los que hacen innovación periodística de repente son las grandes tecnológicas, porque conocen esa tecnología. Están centradas en generar contenidos y distribuirlos y nosotros tenemos mucho que decir.

 

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